La violencia es un fenómeno social derivado de factores multicausales los cuales al estar presentes o ausentes en la sociedad producen diversas manifestaciones de uso de la fuerza para imponer ideas o unos sobre otros. Son diversas las formas en que se presenta la violencia y podemos ver que le ser humano llega hasta el colmo de verla en algún momento como normal y en ocasiones hasta legitimarla.
El problema de ello es la reproducción que se da de forma cíclica y sistemática ya que quienes son abusados o victimas de violencia pueden convertirse luego en victimarios o criminales que harán de la sociedad un mundo inseguro en el cual no se pueda convivir y se mantenga el miedo y la zozobra.
El miedo es la representación mental de la inseguridad, ya que una persona que se siente insegura es porque le teme a ciertas cosas que pueden ser reales o imaginarias pero que afectan su vida normal y le generan diversas conductas individuales o sociales que le motivan a cambiar la forma en que interactúa con los demás.
Esta afectación, el miedo, esta caracterizada por amenazas, riesgos y vulnerabilidades que generan tambien un enfoque de la realidad y de la percepción ciudadana, ya que no todos los temores son fundados en verdad y razonamiento lógico, sino que simplemente es producto del constructo social.
En este orden de ideas es de preguntarse si quizá, existe una agenda política maquiavélica prediseñada por grupos de poder que viven del miedo de las personas y para ello en este breve estudio se realiza el análisis de desde dos niveles de la seguridad: La ciudadana que debe garantizar el libre ejercicio de los derechos y libertades de las personas por las entidades encargadas de la seguridad pública y por otro lado la seguridad humana que afecta directamente el desarrollo humano de las personas.
Se tome como caso de estudio acontecimientos que fueron agenda de medios de comunicación en las recientes semanas como lo es el cobro del bono 14 en el país y mas recientemente el anuncio del presidente de los Estado Unidos de Norte América de imponer diversas sanciones a la economía especialmente en las remesas, lo cual ha generado diversos acontecimientos en la vida social.
Los temas seleccionados para el análisis tienen su caracterización en los siguientes aspectos: violencia, denuncias, percepción ciudadana, victimización, seguridad.
La violencia puede ser definida como “el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho, o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o grupo de comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones” (Galtun, 1998, pág. 15)
El informe mundial de la Salud y Violencia 2002, concluye que “no existe un factor privilegiado que explique las causas de la violencia ni las diferencias entre personas, comunidades o países. No existe un único factor de riesgo que incremente las posibilidades de sufrir un hecho de violencia. La violencia es un fenómeno sumamente complejo que hunde sus raíces en la interacción de muchos factores biológicos, sociales, culturales, económicos y políticos” (OMS, 2002, pág. 10)
Respecto de la presencia de factores biológicos como causa de la violencia, resulta importante la opinión del Jefe de Psicología y Psiquiatría Forense del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), Dr. Juan Jacobo Muñoz Lemus, quien argumenta: “el potencial de violencia de un ser humano entonces no puede apoyarse en un solo dato. Requiere del conocimiento de factores biológicos, índices psicológicos, elementos antropológicos, factores sociales, análisis de la vida anterior (comportamiento delictivo) y posterior a hechos delictivos (comportamiento en reclusión), móviles de los delitos, circunstancias y alcance social de los actos cometidos. Es posible decir que los factores biológicos son solamente un elemento en el espectro de la violencia y el delito, y que en la gran mayoría de los casos su peso no es determinante”
La brecha de la desigualdad social, la ausencia de la idea de un futuro con oportunidades, la falta de expectativas ante el porvenir, la apología cultural de conductas violentas y la pérdida de la capacidad de asombro ante lo vulnerable, constituyen algunos de los factores generadores de violencia actual. Por el contrario, acortar la desigualdad, los esfuerzos educativos, la promoción de la interculturalidad y la plena vigencia de los Derechos Humanos, son acciones sociales y del Estado que ayudan a enfrentar la complejidad de la violencia.
Al revisar la historia de Guatemala se encuentran múltiples expresiones de violencia, tales como política, de género, económica y étnica, las cuales le han dado una particular fisonomía al país. Pero también es cierto que se encuentran manifestaciones ancestrales vigentes de poca o nula violencia en determinados territorios que requieren enfoques diferenciados al abordar el fenómeno de la violencia.
La violencia representa una de las realidades más agobiantes para algunas de nuestras comunidades. Las dimensiones que alcanza y el nivel de daño e inhumanidad que revisten algunos hechos de violencia impactan en los niveles de sensación de inseguridad de las personas, condicionando la manera de percibir hechos futuros y de valorar acciones positivas de las autoridades en materia de seguridad.
La sobre saturación en el imaginario colectivo de los hechos violentos da paso a la pérdida de la capacidad de asombro en las sociedades, degenerando la iniciativa de denunciar y contribuir al esclarecimiento de los mismos. “A pesar del impacto actual que la violencia tiene en la vida de las personas, la misma tambien es un fenómeno recurrente a lo largo de la historia humana, con diferentes tipos de manifestaciones, niveles y etapas en cada zona, región o país” (Matinez Turcios, 2012, pág. 15)
Por lo general, las acciones que se han llevado a cabo van dirigidas a la persecución penal de quien comete el delito, sin ver a la persona ni las causas como una ecuación compleja de factores sociales y de responsabilidad personal. Esos factores generan un escenario permanente de demanda al Estado por más medidas reactivas, olvidando que, de acuerdo con la experiencia de otros países, esas acciones tienen solamente un alivio inmediato y su uso a largo plazo tiende a no ser sostenible y a incrementar el problema.
La violencia no es natural a las personas, sino que se trata de “una afrenta evitable contra la vida”. Sus raíces están en el contexto, en el modelo social, en las estructuras económicas y políticas; en las formas de abordar los conflictos o las condiciones que favorecen su potencial para ejercerla bajo condiciones de impunidad. La violencia es la cara destructiva y negativa de algunos conflictos cuando no se abordan adecuadamente.
La frustración puede conducir a la agresión y englobar desde una actitud de odio, sin que media palabra, hasta el empleo de la fuerza hacia los actores que son percibidos como los obstáculos en la consecución de los intereses propios. La violencia tiene dos niveles: uno visible y otro menos evidente o invisible, y en cada uno de ellos hay una forma de expresarse.
La violencia, en suma, tiene un contenido de una profundidad social que impacta en las personas, en su forma de relacionarse y se conforma como parte de pasado, influye en el presente y en muchas ocasiones condiciona el futuro de una persona, una sociedad y hasta una nación.
Existen diversas modalidades de la violencia y es clasificada de acuerdo con el entorno donde se manifieste la violencia, en el hogar, instituciones del Estado, ambiente laboral, medios de comunicación.
Para efectos del análisis que realizaremos es importante tambien conocer sobre los tipos de violencia que son clasificados según la forma en que se genera la violencia física, psicológica, sexual, económica o simbólica.
El miedo a la delincuencia disminuye nuestra calidad de vida, nos hace desconfiar el uno del otro, restringe nuestra libertad para caminar por la calle; por miedo nos encerramos tras puertas con pasadores y candados, los comerciantes colocan rejas en sus negocios, nos aislamos de nuestros vecinos y exigimos castigos más severos para los delincuentes. Pero ¿Qué es esto que nos produce miedo? ¿Qué es la delincuencia?
Si preguntamos a una señora por la calle o a cualquier ciudadano, seguramente nos definirá la delincuencia a través de una lista de acciones, por ejemplo, dirá que delito es asesinar, robar, secuestrar, abusar sexualmente de un niño o a una mujer, vender drogas y muchas otras cosas.
Cuando escuchamos hablar de delincuencia generalmente pensamos en un tipo particular de crimen, el delito que ocurre en la calle, la delincuencia común. Pero existe otro tipo de delitos que conocemos poco y que también nos afecta, el crimen corporativo, el crimen político y el crimen de cuello blanco. Generalmente no vemos el daño que este tipo de crímenes nos producen. Los funcionarios públicos que utilizan el dinero para construir hospitales, escuelas, carreteras o puentes para comprarse una casa, carros o abrirse cuentas personales en el banco, perjudicando a miles de personas; o a las compañías que fabrican carros defectuosos que pueden causar muchos accidentes o muertes, no son vistos como crímenes en la misma medida que el robo o asaltos.
Igualmente, los funcionarios públicos que aceptan dinero o favores para ayudar a un amigo a conseguir un contrato con el gobierno, o los operadores de justicia (jueces, policías, fiscales, guardias del sistema penitenciario, abogados defensores) que aceptan sobornos o mienten para beneficiar a un delincuente, no son vistos como criminales a pesar de causan graves daños a la sociedad.
Otro tipo de delincuencia de gran impacto social es el crimen organizado. Los delincuentes organizados generalmente están vinculados al narcotráfico, tienen vínculos internacionales, utilizan equipo y armas sofisticadas. Este tipo de organizaciones internacionales generalmente se dedican al secuestro, asalto a bancos, tráfico de armas, tráfico de personas, estafas, etc. Para ocultarse y protegerse muchas veces tienen contactos con funcionarios del Estado y del sistema de justicia.
Como vemos entonces la violencia, la delincuencia y el crimen organizado son los generadores del miedo en la sociedad, pero estos no actúan por simple acción espontanea, sino que muchas veces tienen un plan bien desarrollado para causar miedo y zozobra en los ciudadanos.
Pero como sucede esto y como es que la realidad y la percepción de estos fenómenos convergen uno con otro de tal forma que pueden servir a la agenda oculta de grupos de poder económicos o del mismo Estado. Así tambien pensamos en el mecanismo ideal que utilizan para lograr sus fines sin que la sociedad se percate de ello y que inclusive se utiliza al propio ciudadano para legitimarlos.
Para ello analizaremos dos casos que nos permiten valorar la percepción y la realidad de la violencia en Guatemala que finalmente hacen que nuestro sistema de seguridad y justicia no funcione y se vea débil ante la sociedad.
Durante las ultimas semanas se dieron varios eventos en nuestro contexto social y político, los cuales nos sirven para comprender como la realidad es subsumida por la percepción y sirve para legitimar la agenda de diversos grupos de poder.
El primero de ellos es un fenómeno observado desde lo que conocemos como la violencia generada por la delincuencia común. Nos referimos al cobro de extorsiones por parte de la Mara Salvatrucha y la Pandilla del Barrio 18 en el momento en que el país genera lo que se llama “El bono 14”. Este bono es entregado a todos los ciudadanos que tienen un empleo formal en el país y corresponde a un salario base extra, lo cual incrementa el flujo económico del país y que desde la óptica de la economía es lo que Mises plantea como el error del proceso económico, ya que este debería ser un capital que se debiera invertir en para la producción de bienes y servicios y así mejorar las capacidades económicas de quienes lo reciben, pero lo que realmente sucede es que las empresas privadas en ese tiempo lanzan campañas masivas de consumo y bajan los precios de sus productos para que el caudal de efectivo vuelva a los bancos y los poseedores de la riqueza y los dueños de los medios de producción.
Es en este espacio que la percepción y la realidad crean un juego en el cual los medios de comunicación son la base fundamental para la acción de los grupos que tienen interés en ello. Para comprender el fenómeno que estudiamos vemos como en esta época los integrantes de las maras intensifican la comisión de diversos hechos delictivos principalmente sobre su cartera de clientes “victimas” para que puedan apropiarse tambien de un dinero extra que se conoce como “el bono 14 para la pandilla”.
Podemos observar como en ese lapso de tiempo estos grupos criminales atacan buses y comercios y asesinas pilotos o sus ayudantes, con el fin de implantar el terror y así obligar a los comerciantes a ceder a sus peticiones de un bono extra a las extorsiones que ya pagan. Y quien no lo haga tiene la advertencia de que le puede suceder lo mismo. La realidad es que la capacidad de las maras para atentar contra todas sus victimas en ese determinado lapso de tiempo no sería suficiente así que utilizan este mecanismo para que los medios de comunicación le den la cobertura y todos se enteren de la amenaza. Así se genera la percepción de que quien no paga se muere y que las autoridades no pueden hacer absolutamente nada. En nuestro medio son los canales 3 y 7 y escritos como ´Nuestro Diario´ que parecieran tener una agenda disfrazada de comunicación social. Transmiten de diversas formas y horarios la noticia de que están matando al que no pague, y eso llega a toda la población generando esa sensación de miedo que puede ser muy bien utilizada por quienes ofrecen una respuesta a esa demanda, podríamos decir que las empresas de seguridad privada cuyos dueños mayoritarios son militares retirados ganan con el incremento de sus servicios en colonias y negocios porque la percepción crea el miedo. Crear el problema y la solución a la vez, parece ser una buena estrategia comercial en materia de seguridad ciudadana.
El mismo ejemplo pudimos observar en el contexto de la elecciones presidenciales pasadas cuando muchos de los candidatos intensifican el temor de los ciudadanos hacia los grupos criminales con el objeto de ofrecerles como oferta política la presencia del ejercito en las calles como respuesta a su demanda de seguridad generada por la percepción implantada por los medios de comunicación y esta en ocasiones acompañada de mecanismos como la pena de muerte o la creación de grupos paralelos de seguridad en las comunidades.
Si a esto le sumamos otro eje de la agenda obscura del miedo, que va en función de presentar a la Policia Nacional Civil como una institución corrupta e ineficiente, se logra legitimar ante la población la necesidad de otros mecanismos que sin que los ciudadanos lo vean simplemente coadyuvan a los intereses mezquinos de estos grupos de poder económico y político.
La seguridad humana es un concepto que a mediados de los años noventa se logra por las Naciones Unidas y que implica que las personas solamente pueden estar seguras si su miedo a perder el trabajo, a enfermarse, a no tener vivienda, a que sus comunidades no tengan servicios básicos y demás, no estén presentes en su vida cotidiana. Pero cuando existen esos miedos los ciudadanos hacen cualquier cosa, inclusive legitimar a gobiernos corruptos para que hagan lo que les venga en gana para satisfacer nuevamente los intereses de los grupos de poder económico y político.
El mecanismo por excelencia a utilizar para estos fines al igual que en la delincuencia común, son los medios de comunicación, los cuales en muchas ocasiones se encuentran al servicio de los grupos de poder y comunican lo que la agenda de quien tiene interés le dicta.
Para ello generan opinión pública que ocasiona a partir de una realidad, un conjunto de percepciones infundadas en el miedo que luego llevan a los ciudadanos a motivar la toma de decisiones del gobierno o de quien lo promueva.
Este proceso de comunicación es estratégico porque se basa en el análisis de la sociedad y sus necesidades, así como la configuración de valores sociales que una vez bien inducidos por el proceso de la comunicación, logra un estado social pasivo y sin critica.
Podemos concluir el análisis indicando que la percepción o realidad entonces si son producto de la implantación de ideas que en caso de ser positivas construyen una convivencia pacifica y mejora la calidad de vida y el libre ejercicio de los derechos humanos, pero cuando esta se basa en el mido para dirigir al grupo social a ciertos fines ocultos, nos hunde como sociedad en un circulo vicioso de violencia estructural e institucional del cual será difícil salir.
Es responsabilidad ética de los estudiosos del crimen y la violencia, pero tambien de quienes ejercen el ejercicio profesional de la comunicación transmitir objetivamente la información que construya ciudadanía y no que la destruya.
En un país como Guatemala, es necesario fortalecer las instituciones de seguridad y justicia y profesionalizar a sus miembros para contrarrestar estos grupos criminales que crean zozobra en las comunidades y que aliados con grupos de poder mejoran la capacidad de lograr sus fines.
Las políticas del Estado deben responder a las necesidades de los problemas ciudadanos y no servirse de estos problemas para generar mayores capitales a costa de vidas humanas, lo cual debe tambien ser reflexión de la sociedad civil organizada, políticos, la academia y quienes quieren tener un mejor país.
El miedo es un arma poderosa que masificado por los medios de comunicación puede convertir a una sociedad en violenta, hasta el grado de hacerles pensar que es la sociedad la culpable de la criminalidad y legitimar cualquier acción criminal del mismo Estado.
Galtun, J. (1998). Tras la violencia: Reconstrucción, Resolución y Reconciliación. s.l: s.e.
Matinez Turcios, L. (2012). Las violencias en Guatemala: miradas diversas. Textos universitarios de reflexión critica No. 3 INTRAPAZ. Guatemala: URL.
OMS. (2002). Informe mundial sobre violenca y la salud.
Trujillo Alvarez, P. (2010). Percepción y realidad de la violencia. Analisis de un caso: Guatemala. México: Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales.